El regalo más preciado.
Mi hija nació un once de julio, el día de mi veintidós cumpleaños; sin duda, el regalo más precioso que me pudieron hacer. El parto, atendido en casa, fue muy natural y sin contratiempos. Aún recuerdo su rostro arrugado y sonrosado y sus ojos abiertos prendidos de mí y sobretodo, a sus abuelos llorar de alegría cuando la vieron por primera vez. Quizá os preguntéis por el padre: mi hija no tiene padre ni lo tendrá.
Conforme fue creciendo, preguntó por él en varias ocasiones: le expliqué, cuando fue más mayor, que su padre no sabía que había nacido, que se había marchado sin siquiera saber de su existencia. Mi hija, que sólo contaba con once años, se entristeció.
Conforme fue creciendo, preguntó por él en varias ocasiones: le expliqué, cuando fue más mayor, que su padre no sabía que había nacido, que se había marchado sin siquiera saber de su existencia. Mi hija, que sólo contaba con once años, se entristeció.
El tiempo ha pasado, y juntas hemos cumplido los cuarenta y los dieciocho. Mi hija se ha empecinado en buscar a su padre y yo la animo a hacerlo: le he dado su nombre y apellidos, la fecha de su nacimiento e incluso le he hablado del tatuaje que tenía junto a la rodilla. Todo lo que le he dicho podría facilitarle la búsqueda, pero sé que jamás le encontrará. Yo me encargue de ello antes de su nacimiento.
Su padre jamás fue un buen hombre; nunca quiso a su hija. Por egoísmo, pretendió que yo abortara, que me librara de mi regalo más preciado. Pero yo jamás lo permití; mi voluntad por tener a mi hija era demasiado fuerte, mucho más que el amor que sentía por él. Aún hoy, y sin querer, sigo pensando que es una suerte que mi hija no se parezca a su padre. Si fuera así, cuando la mirara, ella notaría mi culpa, mi desasosiego... Al no ser así, me encuentro tranquila, sin atisbo de inquietud, pero un enteco ardor me corroe el alma, porque lo confieso: yo acabé con su vida.
Siete meses antes de que naciera mi hija, le asesiné. Quizá por la necesidad de hacer desaparecer a quien no quería al fruto de mi vientre; una pelea que terminó con un hacha de cocina enterrada en su cráneo. Aunque tranquila, por momentos mi conciencia se exaspera, se llena de temores infundados, me tortura… Puede que estos sentimientos prevalezcan en mí por el resto de mis días, aunque ahora él sólo sea un esqueleto enterrado en un agujero inmundo.
Hace muy poco he decidido algo: en su veinte cumpleaños, mi hija lo sabrá todo. No me delatará, lo entenderá; comprenderá que su madre tuvo la necesidad de hacerlo. Tantos años, tanta confianza... no será un choque importante para ella. Lo presiento. Quiero compartir todos mis secretos con ella: la más importante para mí, por la que daría incluso mi vida... por la que mataría si fuese necesario. Quiero estar con ella para siempre, cuidarla, como mi más preciado regalo.
...
¡Feliz cumpleaños, adict@s!
Oh!!!! vaya!!!
ResponderEliminarMe has dejado O__O
Qué final!!! me ha encantado!!!
Feliz aniversario!!!
Besotes!!!
¡Pero qué impresionante! ¡Ha sido un relato de la más impactante! Creo que te ha quedado muy bien, y creo que entiendo ese sentimiento de querer hacerlo todo por tus hijos, esperando que nada los dañe, pero ¡Qué excelente y original relato! ¡Me ha encantando! ¡Feliz aniversario! ^w^
ResponderEliminarwow, vaya vuelta de tuerca!
ResponderEliminarDicen que todos somos capaces de matar, pero creo que algo muy valioso muere también en nosotros si consumamos ese acto.
ResponderEliminarUn saludo.
ibso.
jajaja me encanta el final, esa madre psicópata es genial XD
ResponderEliminarJoder, hablando en plata, no me lo esperaba ni en broma. Qué mujer, y el último párrafo da un poco de miedo. Te ha quedado muy bien.
ResponderEliminarSaludos!
holaa! a mi tambien me ha dejado con la la boca abierta, he tenido que leerlo un par de veces jajaj me encantan los textos así! ;)
ResponderEliminarUn saludo!
Esther me has dejado alucinandoo!!! xD
ResponderEliminarMe ha gustado porque no me lo esperaba para nada! Escribes unas cosas geniales ^^
Vaya Esther... Me has dejado muda (lo cual no es nada fácil...) Me gustó muchísimo y me ha tocado adentro...
ResponderEliminarMaravillosamente asombroso... Bravo!!!
Besos
Qué genial:::D
ResponderEliminarDe lo más original y divertido:D Felicidades, querida..:D
Kisses...^^
Me encantó el relato, la trama y la forma en que lo contaste, es un poco dificil contar en primera persona. Te Felicito!!
ResponderEliminarSaludos!!
Que buena forma de estructurar tu relato, me parece una forma nostálgica de contemplar la felicidad, que la mujer tiene con poseer a su hija, creo que nadie está exento de cometer un crimen, no la justifico, pero por la forma en que describes su sentir es un acto que cabe en la historia.
ResponderEliminarValla, todo comienza de los más dulce y luego esta ese final que lo cambia todo.
ResponderEliminarMuy original, realmente único.
Feliz Aniversario !
No me esperaba ese final, seria interesante saber que sucedería cuando le dijera, es un buen relato
ResponderEliminarBesos :)
Ah, me encantan las madres dulces que en el fondo son unas viejitas psicóticas!!
ResponderEliminarTe quedó maravilloso, Esther, te felicito.
Y me encanta la apariencia del blog!!
Besos!
¡Qué lindo fondo le pusiste tocaya! :D
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato, el amor de una madre hacia sus hijos es el mas sincero, como la gente suele decir, las madres defienden a sus hijos como las leonas a sus cachorros.
Que tengas un lindo día, ¡Saludos!
Impresionante. Me ha gustado muchísimo como has narrado el relato, con que tranquilidad esta madre nos cuenta su historia, como mató al padre de su hija... EL lenguaje escogido es perfecto, y la historia estremecedora. Un beso!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Hada Fitipaldi. La protagonista se expresa con una claridad de ideas que hace que la historia resulte descarnada e intrigante. Uno se pregunta cómo una mujer tan cuerda pudo hacer algo tan terrible. Me gustó mucho tu cuento, Esther.
ResponderEliminarSiento miedo. Que personaje tan decidido. Y es... es tan cálida y tan fría al mismo tiempo. Una cosa no me termina de gustar: ¿sí necesita poner ese gran peso en los hombros de la hija?
ResponderEliminarLa historia es muy bonita, y terrible tambien,me gustó mucho. Lo que haría una madre por sus hijos...TODO.
ResponderEliminarEl punto final de la madre asesina, es macabro y rotundo.( con un hacha, POR DIOS ) Aunque convino con Yess, le podría haber dicho a la hija, que se había ahogado o algo así jajjja, para no quedar de asesina ante su hija. Besos.
Que bien, una madre que va más allá por el amor de su hija aunque eso le cueste al padre, me parece, después de tanto femicidio, tenía que tocarle al hombre también. Felicidades!!!
ResponderEliminarHe recibido la sensación de una saga de amazonas, siguiendo los pasos de cada generación anterior. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos de un nuevo seguidor.
xD este relato me llena de gozo *-* que bueno que se deshiciera de una mierda, a veces hay que limpiar el planeta. Espero que la hija no comience con reproches.
ResponderEliminarhola, soy miembro de adictos a la escritura, me ha gustado tu relato solo me cabe una idea en la cabeza y es que el amor y el odio puedn ir de la mano, un final impactante =)
ResponderEliminarEsther felicidades, el relato es increible, realista, genial, muestras las dos caras de la moneda que es la vida, y no todo es oro lo que reluce, las apariencias engañan...Vega
ResponderEliminarGracias a tod@s por vuestros comentarios. Me han encantado y me han hecho ver lo que pensábais del relato. Espero poder hacerlo mejor para el próximo y esforzárme para que disfrutéis con la lectura.
ResponderEliminar¡Saludos a todos! :D
Wow!!! me he quedado sin habla.. El amor de esta madre es muy intenso y algo psicotico a mi parecer.. Y me encanta!!! jejeje!!
ResponderEliminarFabuloso! nos leeremos pronto ;)
Saludos!!
El amor maternal es difícil de entender, no cualquiera se lo explica sin haberlo vivido. Ansiosa y dichosa, aquella que ha elaborado el fruto de sus sacrificios. Es bonita la seguridad que muestra, de correr con todo sólo para seguir adelante.
ResponderEliminarMuy buena redacción, me disculpo por no haber pasado antes.